lunes, 25 de julio de 2011

3 - ¿Por qué?

Hace una semana que un toque de alegría surgió en mitad de la tristeza que nos produjo un hecho en sí. Es difícil asimilar la noticia que hemos recibido, pero lo más importante es que ha quedado al descubierto la persona que teníamos delante.
Son muchos meses los que llevan sucediendo hechos extraños en casa de mis padres, así como hacia la memoria de mis abuelos difuntos (uno de ellos fallecido a comienzos de este año y del que el duelo aún está reciente).
Los sucesos eran de tal magnitud y tan brutales que han pasado de ser simples anécdotas o cosas sin importancia a vernos obligados a dar cuenta de ellos a la policía que se ha encargado de descubrir quién había detrás de ellos.
La sorpresa ha sido saber el quién y el cómo aunque aún falta lo más difícil, saber el por qué.
El quién: la persona de confianza que trabajaba en casa de mis padres.
El cómo: robando y sustrayendo pillada in situ por un policía específico.
El por qué: el próximo fin de semana me enfrentaré cara a cara a esa persona. Es muy probable que no consiga saberlo pero necesito hacerlo por mi familia y por la memoria de mis abuelos. Aún tengo que elaborar bien un escrito que sea conciso pero que no le falte la esencia. Quiero hacerla llegar hasta su conciencia, esa que no ha demostrado tener al realizar tales actos. Será un momento de autocontrol, de saber mantener mi compostura a pesar de los nervios, impotencia e incredulidad ante tal "misión". Sé que la educación y el saber estar deben estar por encima de la rabia por eso he dejado pasar una semana para enfriar un poco mis sentimientos y relajar mi mente.
Quiero decirle lo justo, ni más ni menos. Quiero hacerla confesar que fue ella y que me de una explicación. Pudo ser por muchas cosas pero lo más lógico si algo no le interesaba era haberse marchado de su puesto y no hacer daño a las espaldas y mucho menos tan tan tan...¿macabros?.
Lo que más interesaba a la familia es saber quién había detrás, eso ya lo hemos conseguido. Ahora si soy capaz de hacerla confesarme a la cara que fue ella y el por qué, seguramente quitaremos la denuncia y no la haremos pasar por el juicio. Yo pienso que la vida ya se encarga de poner a cada uno en su lugar.

¡Abuelos! estéis donde estéis, va por ustedes. Sé que me dareis fuerza para estar frente a la persona que creímos de confianza y nos ha hecho tanto daño. Ojalá encuentre la última ficha sin resolver, el por qué.


viernes, 15 de julio de 2011

2 - Ratatuille

Se nos ocurrió la “genial” idea de poner en nuestro salón una puerta corredera que comunicaba con la cocina.
Cuando se está deseando vivir juntos y comenzar una nueva vida, no te detienes a pensar tanto qué será más práctico o qué dará menos problemas, sólo deseas que terminen las obras, que puedas limpiar la casa, colocar los muebles y disfrutar de ese nidito de amor después de la luna de miel.

¿Cómo olvidar aquella mañana? aún estábamos disfrutando las mieles de los primeres meses de recién casados cuando papá pitufo fue a por algo a la cocina y regresa al dormitorio donde yo aún estaba en la cama, aprovechando algunos minutos de sueño.

- Cariño, ¡no te vas a creer lo que he visto en la cocina!
- ¿No será un ratón?
- Sí, un ratoncillo.
La piel se me puso de gallina y exclamé: -¿Un ratoncillo?, no me digas que es un ratoncillo porque por muy pequeño que sea no deja de ser un ratón...

Una absurda conversación que como siguiera por ese lado íbamos a terminar disgustados sin sentido alguno, mientras tratábamos de encontrar el modo de deshacernos de el susodicho, aunque claro yo siempre había oído decir que un ratón nunca entra solo que, como mínimo, una collera van juntas.

Al día de hoy firmo y reafirmo que ¡no puedo con los ratones! es superior a mis fuerzas, me dan un asco y un mal rollito...

Pusimos trampas, cartones con pegamento especial para estos seres y fueron cayendo como chinches, aunque alguno era demasiado espabilado y se comía el queso y no hacía saltar el click, otros se deslizaban también desde el adhesivo, con su porción, y se escondían debajo del frigorífico haciendo malabares para que no los atrapáramos.

Creemos que se han colado en nuestra casa a través de la puerta corredera pero, hasta el día de hoy, nadie ha tenido la dicha de encontrar la entrada ni la salida. Eso sí, en estos casi cuatro años, llevamos un dineral gastados en unos cajones de madera que han metido entre los huecos de las dos paredes, unas mosquiteras para la puerta y ventana de la cocina (por si se hubieran colado cuando están abiertas...porque claro, la casa habrá que ventilarla, ¿no? y estas aperturas dan al porche y al pequeño patio con jardín. Era otra opción de coladura), en albañiles que nos han sellado la pared colindante con los vecinos por la parte de las azoteas, sí estaba todo cerrado pero por si acaso.

 Y hasta la fecha, hacemos un recuento y......van 20! Sí, 20 ratones. El último lo pillamos al principio de esta semana cuando ya creíamos que por fín estaba todo cerrado. No tenemos ni la más remota idea de cómo ha entrado.
Yo, imaginariamente, los veo correr por todas partes y me los encuentro en cualquier sitio. No, no estoy loca, sólo estoy hasta allí mismo de los dichosos ratones y, es que después de los muchos sobresaltos que me he llevado, no me hace ni la más mínima gracia. Para colmo, al carpintero lo estamos esperando desde el día que atrapamos a nuestro último inquilino, para que nos de una solución con la puerta, pero cada día le ocurre algo y lo deja para mañana. Estoy pensando que le dan miedo los ratones. Nosotros ya ni le tememos, sólo queremos que termine de una vez esta pesadilla. Bueno, yo por si acaso, espero no tener que encontrarme ninguno más para no verme en la tesitura de preguntarme si le temo o no.

Se me eriza la piel cada vez que pienso en las situaciones que nos han provocado estos roedores. Algunas aún me revuelven entera por dentro, así que iré contando cuando vaya viendo el modo de expresarlo.


Sólo espero que la película favorita de mi hija no sea Ratatuille, y que no le encante que le lea y vuelva a leer El flautista de Hamelín con todos los detalles pero bueno, si así fuese, pues nada, habrá que apechugar y separar como adulta que es una aunque, mientras tanto, los pelos se me pongan como escarpias.




 Sólo al ver la foto me entra un no sé qué...pero algún día será sólo un mal recuerdo

martes, 12 de julio de 2011

1- Comenzamos...

No sé por dónde empezar porque, si lo llego a saber, hubiera abierto este blog cuando comenzaron los hechos en sí pero ¿quién se iba a imaginar?. Ahora llegados a este punto, necesito expresar todo lo que llevo dentro y desahogarme porque como indica la cabecera "estas son las cosas que no se le pueden contar a los demás".
 Hay momentos en los que me pregunto si realmente está  pasando todo esto de verdad en nuestras vidas y, por contraposición, si no será que le estamos dando demasiada importancia o ¿tal vez es para dársela?. Pues sí, esas tenemos. Hay un día en que te sientes off y es cuando tomas conciencia plenamente y pides fuerzas para poder soportar todo porque, aunque algunas son cosas pequeñitas, ya hay un buen cúmulo que ha ido colmando.

Si pienso que hay gente con enfermedades graves me siento culpable por sentirme mal por nuestras situaciones pero la realidad es que todos tenemos una capacidad de aguante (física y mental) y aunque no nos demos cuenta ésta existe y tiene un límite que al ser sobrepasado por la presión puede llegar a ser peligroso para la salud.
A todos nos pasa que si un día ocurre un hecho concreto lo tomamos como algo esporádico pero cuando se une uno y otro y otro y otro...ufff...hemos perdido la cuenta...ya nos detenemos a ver qué está pasando.
Aún así confiamos en que un día las cosas serán diferentes para nosotros pero es inevitable que, con el paso del tiempo, esa idea de "confianza" se convierta en todo lo contrario. Somos una familia con creencias cristianas pero la fe, a estas alturas, también nos está fallando.

Cada día vivo así, al día, y trato de hacer una jornada lo más amena posible, disfrutando con mi pitufina que es una niñita muy feliz, muy risueña e inteligente. Ella es nuestra prioridad y su felicidad y bienestar prevalece por encima de cualquier cosa que nos esté sucediendo. Ella se merece todo el amor que le ofrecemos, libre de temores, preocupaciones e inestabilidad. Ella me da más vida de la que imagino.
Nunca me consideré una persona pesimista aunque sí haya tenido bastantes dificultades en mi vida. Trato de buscar soluciones o recursos pero no siempre encuentro lo que es mejor para continuar y en estos momentos, la vida se me ha puesto bastante complicada pero en un pequeño rinconcito de mí sigo soñando con ese día en el que pueda mirar atrás y ver la evolución, sentirme orgullosa de adónde fui capaz de llegar a pesar de las "bofetadas".
Al día de hoy y tomándonos estas situaciones con más humor del que parece, hemos llegado a pensar que nos han "encantado", aunque nunca hemos creido en las supersticiones ¿o si? ¿las creencias religiosas cuentan? creo que con la que tenemos tampoco es tiempo de plantearse preguntas trascendentales.


Vendrán momentos mejores, siempre con el amor que nos tenemos y con el mayor regalo, nuestra pitufina.